Para mí, los rasgos de personalidad que debería tener el
tutor ideal serían los siguientes:
§
Empático: con los problemas de los demás pero también
con sus alegrías.
§
Comprensivo: comprender al prójimo es
fundamental para entender sus reacciones.
§
Cercano: pero sin llegar a excederse.
§
Divertido: aunque en ocasiones haya que ponerse
serio
§
Justo: los alumnos deben ver que es justo ante
lo bueno y ante lo malo.
§
Amable: la amabilidad es gratuita y resulta
gratificante
§
Respetuoso: el respeto hacia uno mismo y hacia
los demás.
§
Trabajador: valorar su propio esfuerzo y el de
los de su entorno.
§
Colaborador: predispuesto siempre a cooperar y a
ayudar.
§
Paciente: la paciencia es la base de toda
ciencia.
En cuanto a la sus competencias cabe destacar las
siguientes:
ü
Capacidad de escucha: ha de tener un hombro
siempre dispuesto para escuchar y para trabajar, como he dicho anteriormente.
ü
Fluidez lingüística: debe tener el suficiente
dominio de la lengua para poder expresar aquello que no se puede expresar casi
ni con palabras.
ü
Consejero: internar siempre dar consejos
esperanzadores.
ü
Expectante: no debe infravalorar a nadie y
mantener siempre buenas expectativas con todos sus alumnos.
Sin embargo, creo que pueden existir innumerables personas
que aunque no cumplan todas estas características son o serán estupendos
tutores, puesto que con empeño y ganas todo se logra.
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