En el vídeo “pulso al fracaso” podemos apreciar la
labor que hacen los profesores a favor de la educación de sus alumnos, no solo
en el sentido académico sino en su desarrollo como personas. En este centro se
da menos importancia a los resultados curriculares pero sí que se valora sus
actitudes en otros ámbitos, en definitiva, su persona. Bien es cierto que se
trata de un programa de un centro que recibe personas que por diversas razones
se han visto abocados a un fracaso escolar. No obstante, es un error pensar que
estos jóvenes son incapaces en obtener los resultados necesarios, algo que la
educación “normalizada” les hace pensar constantemente. De esta manera, se les
devuelve la ilusión y la esperanza en la sociedad y en los docentes. Según este vídeo, vemos que los profesores realizan muy bien la función “b” que dicta la
LOMCE, consistente en la evolución del proceso de aprendizaje del alumno y de
su propio proceso de enseñanza.
En este documental vemos que el centro se apoya en
la familia para concretar los aspectos educativos de sus hijos y alumnos. Por
ejemplo, se comunica a los padres las razones de un castigo y las consecuencias
del mismo. Esto es lo mismo que propone la LOMCE cuando alude a “la orientación
de su aprendizaje y el apoyo en su proceso educativo, en colaboración con las
familias”
Desde mi perspectiva como espectadora de este
documental educativo, la función docente, según la LOMCE, más importante que
estos educadores emprenden es prestar atención al desarrollo intelectual (en
menor medida), afectivo, psicomotriz, social y moral del alumnado. Fomentan
mucho la asistencia a clase y la puntualidad, ya que es muy importante en estos
jóvenes desmotivados por el sistema educativo. Otro pilar fundamental es sacar
las actividades fuera del reciento educativo.
El clima de respeto, tolerancia, participación y
libertad que propone la LOMCE, en ocasiones, no se pueden desarrollar
naturalmente porque los profesores o los alumnos están casi obsesionados por
los resultados académicos. En cambio, en este centro educan mucho más que se
enseñan y se les da a los adolescentes esta oportunidad para que tengan esa
visión optimista de sí mismos que nunca han tenido. Una de las razones
fundamentales de este tipo de programas pedagógicos es saber que estos jóvenes no
son despojos de la sociedad, sino que necesitan una oportunidad diferente pero
son igualmente aptos que otras personas. Toda su vida escolar han sido
etiquetados como chicos conflictivos, malos estudiantes, adolescentes
problemáticos, etc., produciéndose así una influencia dañina sobre sí mismos y
sobre el resto de personas que les rodean, de tal modo que ellos piensan que si
todo el mundo lo dice será porque es verdad.
Me ha gustado mucho leer tu entrada Cristina, y comparto tu opinión a cerca de este tipo de alumnos, a los que las circunstancias han ido apartando del sistema educativo y necesitan otra oportunidad para sentirse valorados y creer en sí mismos. Creo que el ejemplo del vídeo muestra con claridad la necesidad de iniciativas como esta, que integren a estos jóvenes en la sociedad a través de los valores y el compromiso en lugar de programaciones únicamente centradas en las calificaciones.
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