sábado, 14 de noviembre de 2015

LA EDUCACIÓN PROHIBIDA





La educación prohibida es una película documental sobre un proyecto el modo de educar, basado en el cariño, respeto, libertad y aprendizaje por y para todos. Proponen experiencias nuevas que cuestionan el modo tradicional de impartir clase, puesto que la sociedad de ahora no siempre se debe adaptar al modelo magistral anterior. No obstante, lo importante no es la película sino el proceso que visualmente se nos presenta, en el cuál varias escuelas han decidido organizarse para conseguir un fin mejor: remodelar el sistema educativo y orientarlo hacia el alumno.
La comparación inicial con la que comienza el documental, aludiendo al Mito de la caverna de Platón, resulta curiosa si tenemos en cuenta, que al parecer, es un relato aplicable a cualquier situación de la vida real, ya que juega con la realidad y la ficción de una manera muy clara. En esta vida todo puede ser realidad o ficción, según el prisma con el que se mire. Sin embargo, esa visión del alumnado actual como condenados a estar encadenados a sus pupitres no propicia el subjetivismo propio del mito griego. Algo que sí es cierto es que siempre va a existir la inquietud, por parte del docente, de si sus alumnos sabrán adaptarse a la vida fuera del aula, como el hombre fuera de la caverna. Pero sabemos que con las futuras generaciones, ya sea en calidad de alumno o de hijos, es un riego que se debe correr porque el resultado, como se ha demostrado, puede ser más que satisfactorio.
Si cualquier ciudadano se detiene un segundo a pensar en sus hijos, hermanos o en él mismo como alumno, se dará cuenta de que ha pasado un mínimo de diez años sentado en una silla, aprendiendo a leer, escribir, calcular, manejar un segundo idioma, etc. Pero ¿cómo podría explicarnos que aun no sea capaz de leer cualquier documento jurídico, ni sepa escribir una novela, ni poder comunicarse en el extranjero con fluidez?Diez  años son suficientes para aprender un oficio, o incluso varios, pero parecen insuficientes para tener todos esos conocimientos. Por su propia naturaleza, los seres humanos están capacitados para  realizar cualquiera de esas competencias, entonces ¿qué ocurre? ¿de quién es la culpa? Probablemente, la culpa no sea de nadie y sí sea de todos, porque como bien dijo Einstein, “si buscas resultados diferentes no hagas siempre lo mismo”. Como se dice en la película, el problema radica en la concepción que el sistema educativo tiene de la escuela.
Es inadmisible que intentemos medir la educación que una persona ha recibido solo por su calificación final, sin tener en cuenta sus características personales, sociales y familiares. Nunca un número ni una opinión externa deberían definirte como persona. Es cierto que los contenidos han de ser evaluados de algún modo, pero no creo que deban ser definitorios. No obstante, sé que la competencia es necesaria para la vida social puesto que la sociedad está hecha para que compitamos por un trabajo, una pareja o incluso por la aceptación de los demás. Pero no todos los sujetos soportan de igual modo esa competitividad forzosa, ya que unos la usan como motivación personal pero a otros les hace sentirse inferiores o superiores. De ahí que la diversidad siempre pueda tomarse como una complejidad o como una posibilidad.
El modelo que cuestionan en la película es muy escaso desde el punto de vista interpersonal, puesto que un profesor por materia y por curso no puede conocer bien a sus alumnos, sus conocimientos extracurriculares o inquietudes trascendentales. A pesar de conocer esta necesidad inter e intrapersonal, la educación sigue manejando un arma de doble filo, basado en las decisiones que toman los dirigentes de cada país, en tanto en cuanto, por un lado,  la educación sirve para mantener controlados a la población; y por otro lado, plasmar como si de una fotocopia se tratase, los deseos de aquellos que manejan los hilos de estos autómatas, incluso usando para ello, en muchas ocasiones,  el miedo. Como ciudadanos de una misma realidad, sabemos que el miedo condiciona cualquier decisión no solo en la escuela sino a lo largo de la vida.
Dado que se trata de una actividad de reflexión personal he de decir que Todos estos planteamientos me parecen más asequibles y realizables en los niveles escolares inferiores (infantil y primaria) que en la secundaria. Pero a su vez, en el hipotético caso de que se llevasen a cabo desde los cimientos de la educación, en la secundaria se asimilarían como natural y sería más fácil convivir con esta nueva metodología. Para ello, debemos valorar que la ingente cantidad de información sobre nuestros alumnos los acaba convirtiendo en sujetos apáticos y hastíos ante la materia impartida. Es necesaria una mesura en la información, como ya lo dice la sabiduría popular, “lo bueno si breve dos veces bueno”.
Considero que la necesidad de otras maneras de educar, priorizando valores más que contenidos, es imprescindible pero, no obstante, pienso que la escuela ha ido cambiando paulatinamente, sobre todo a niveles de escuela primaria e infantil. Nuestros padres y abuelos acudían a la escuela con miedo, con excesivo respeto, en cambio, nuestros hijos (hermanos, primos, amigos, etc.) acuden a una escuela en la que aprenden divirtiéndose. Por ende, no creo que las escuelas de hoy sean horribles cárceles sino que son lugares con tiempo para el estudio y el ocio, para la reflexión personal y la sociabilidad y para el acierto y el error. Obviamente, aun hay muchos aspectos susceptibles de mejora.
Desde mi punto de vista, opuesto al que se plantea en la película,  la memoria tiene su razón de ser en el aprendizaje. Es verdad que no debería tener un carácter imprescindible en la escuela pero si concebirla como necesaria.
El objetivo de cualquier persona debe ser la felicidad,  el gozo personal. Esto es lo que se fomenta en estas escuelas, la iniciativa para descubrir que esa meta biológica forma parte del ADN de cada individuo. Cuando algo es impuesto no es placentero, debe ser propuesto  para despertar la curiosidad. Una vez delimitado el fin de la vida, el medio para lograrlo podría arraigarse en la consideración positiva del individuo, dónde nadie es igual ni mejor ni peor que nadie. Estas escuelas no generalizan una clase, sino que fomentan que el niño se sienta único, porque es único. Él y sólo él, es él y sus circunstancias. En este sentido, el conocimiento de uno mismo hace más fácil el conocimiento del mundo y de los demás. Pero ninguna postura extrema es siempre la mejor, en el equilibrio y el justo medio siempre está la virtud. Por eso mismo, esta visión de las escuelas no parece interesarle a la administración que crea los diferentes modelos educativos. Parece mejor una educación en la que a los alumnos se les cohíbe y a los profesores se les coarta, no existe ese abismo intermedio para aprovecharlo.
En definitiva, me ha parecido un vídeo que muestra muchos aspectos debatidos de la educación actual, muchas aristas donde trabajar y muchas posibilidades que explotar. Sin embargo y como sucede con todas las cosas, los cambios han de hacerse en los cimientos para que no se caiga la casa

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